miércoles, 13 de mayo de 2009

Deja ya de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso o de tus éxitos, alegría y paz. Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas. Del que manda, el proceder nunca a nadie satisface, pues por rabia o por placer se le critica lo que hace y lo que deja de hacer. En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada. Los hombres se equivocan más a menudo por ser demasiados listos, que por ser demasiado buenos Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada, más rápido que un favor. Quereme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite

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