Deja ya de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso o de tus éxitos, alegría y paz. Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas. Del que manda, el proceder nunca a nadie satisface, pues por rabia o por placer se le critica lo que hace y lo que deja de hacer. En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada. Los hombres se equivocan más a menudo por ser demasiados listos, que por ser demasiado buenos Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada, más rápido que un favor. Quereme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesitemiércoles, 13 de mayo de 2009
Deja ya de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso o de tus éxitos, alegría y paz. Dejemos a los envidiosos la tarea de proferir injurias y a los necios la de contestarlas. Del que manda, el proceder nunca a nadie satisface, pues por rabia o por placer se le critica lo que hace y lo que deja de hacer. En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada. Los hombres se equivocan más a menudo por ser demasiados listos, que por ser demasiado buenos Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada, más rápido que un favor. Quereme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite
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